Reta

Debbie me estaba esparando con acento español y el mate listo a ser testigo de nuestras largas charlas. Marci nos regaló un cielo cargado de estrellas fugaces que se perdían en la vía lactea, el faro que iluminaba allá a lo lejos y un satélite rojo que posó ante nosotros un buen rato. La gente allí es tan linda como extraña, Ceci te cuenta leyendas urbanas con poco detalle y ríe antes de terminar cualquier final. Mabel hace pizzas riquísimas con tapitas por lo que el queso queda en medio de semejante manjar, como pizza-sandwich pero pizzas, me siguen? y llaman a las galletitas "municipal" porque les dieron las recetas en la municipalidad pero el gusto es a "melitas". El buen humor hace remolinos en cada persona igual que el viento que te atraviesa y pareciera que contagia. Mi estadía fue un suspiro pero como la felicidad no se mide en horas sino en emoción se puede decir que me fui feliz y convencida de tres cosas: que la vida se hace amiga y salda deudas de cuentas pendientes compensándote en todos los sentidos terrenales y espirituales, que las historias de amor existen y que si llevaran nombre sería el de Debbie y el de Marci. Con acento español, vale.