Zipper Creeper
Creo haber leío sin pausa hasta la página 107 de un nuevo libro de Murakami. Es de noche, me niego a encender la estufa de la sala y me coloco la enorme campera que tiene más de diez años. Pasada de moda pero aún efectiva la dejo siempre al alcance de la mano para usarla de entrecasa. Subo el cierre hasta la cúspide del cuello con cierta dificultad. Al cierre le falta la patita de donde se toma para deslizar el mismo. Lo logro. La campera está completamente cerrada y es imposible de quitar, comienzo a tironear en todos los sentidos sin resultado alguno, me muevo de un lugar a otro como si eso hiciere más fácil el proceso de desprendido. Me acompaña una risa nerviosa y un ataque de pánico absoluto. Me ahogo.
-Ayudame a sacarme la campera! No puedo respirar!
-Están dando Prision Break...es un capítulo estreno.
Fox trasmite los nuevos episodios de la serie, pienso que si no fuera así la ayuda vendría en camino.
Sigo en un remolino desenfrenado tratando de quitarme el adefesio, giro una y mil veces sobre mi punto de eje como si fuera un sufi en pleno transe. La campera sigue en el mismo lugar, completamente cerrada.
-Estás azul!
-Sss, suspiro con el poco aliento que me queda llevando mis manos a los costados de mis piernas realizando una palmada en cada extremidad. Me siento azul.
El protagonista de la serie tiene más problemas que los míos, a saber: lo traicionan, lo buscan buenos y malos, le sangra la nariz y tiene un tumor en la cabeza. Se desmaya, lo atrapan sus adversarios y ellos mismos van a operarlo a cambio de que su hermano trabaje para "La Compañía". Impecable incluso al borde de la muerte y soluciones que llegan despues de una cortísima pausa comercial, el tipo no tiene frío ni campera que quitarse. Sí, propaganda, llega la ayuda
-No es tarde, porque aún estoy viva. Supongo. Me desplomo en la silla, aliviada y sigo la serie cargada de adrenalina. Enfrascada en la historia, siento frío. Me pongo la campera y al instante estoy repitiendo la desquiciada secuencia, otra vez. By the Way,
Errare humanum est, perseverare diabolicum...
-Ayudame a sacarme la campera! No puedo respirar!
-Están dando Prision Break...es un capítulo estreno.
Fox trasmite los nuevos episodios de la serie, pienso que si no fuera así la ayuda vendría en camino.
Sigo en un remolino desenfrenado tratando de quitarme el adefesio, giro una y mil veces sobre mi punto de eje como si fuera un sufi en pleno transe. La campera sigue en el mismo lugar, completamente cerrada.
-Estás azul!
-Sss, suspiro con el poco aliento que me queda llevando mis manos a los costados de mis piernas realizando una palmada en cada extremidad. Me siento azul.
El protagonista de la serie tiene más problemas que los míos, a saber: lo traicionan, lo buscan buenos y malos, le sangra la nariz y tiene un tumor en la cabeza. Se desmaya, lo atrapan sus adversarios y ellos mismos van a operarlo a cambio de que su hermano trabaje para "La Compañía". Impecable incluso al borde de la muerte y soluciones que llegan despues de una cortísima pausa comercial, el tipo no tiene frío ni campera que quitarse. Sí, propaganda, llega la ayuda
-No es tarde, porque aún estoy viva. Supongo. Me desplomo en la silla, aliviada y sigo la serie cargada de adrenalina. Enfrascada en la historia, siento frío. Me pongo la campera y al instante estoy repitiendo la desquiciada secuencia, otra vez. By the Way,
Errare humanum est, perseverare diabolicum...
4 Comments:
Pobre!!! Quedar atrapado entre las prendas de vestir es una situación desesperante, y al que nunca le pasó que levante la mano si se atreve jajaja. Besos!!
Rod tal cual!!! De ahora en más, cardigans nada de cierres ni botoncitos ji-ji-ji
Besos!
No puedo levantar la mano. Pero..la segunda vez debiste ponerte frenetica, con la primera descarga de adrenalina puesta.
Conclusion: cremalleras y botoncitos ni para verano. Un beso
=Que tal va Mei? Carantoñas especiales para ella
Melusina!
El impacto de la primera vez me dejó resignada para la segunda en la ya no podía ni enojarme más conmigo misma.
Una polerita si refresca y ya. Es increíble como after de un ahogo (o dos) se puede retornar a la sencillez.
Le leo a Mei lo que has escrito de el Calcio, sobre como tiran los tapones y no las botellas, le cuento como coincidimos en cada pensamiento y cuánto me ha alegrado lo que has escrito en los comentarios!
Mei , al lado de la Vaio, recibé toda la información masticando un galletita de miel recién horneada, en cada pausa me devuelve la mirada como preguntado: - y qué más???
Un beso enorme, de las dos!
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