Decadences

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La puerta que dá al frente no abre.
En respuesta, a los esfuerzos que hago por disuadir el anclaje del status quo en que aquella se encuentra, tengo que escuchar el origen de la propiedad privada, de cómo los inmigrantes llegaron a las américas con la viruela a cuestas enfrentando tempestades, infortunios y alienígenas, que los ancestros sobrevivieron sólo para arar la tierra (que piso) y cultivar los nabos (que como) con siembra directa, al voleo y quien sabe que otro sistema más, puedo recitar en salmos que los nabos son oriundos de europa, probablemente porque Asia Central tiene otras cosas más importantes que hacer que discutir su paternidad - nota mental - pero yo estoy hablando de la puerta, esa que no abre, que quedó atascada a mediados de los noventa e impuso la imperiosa necesidad de utilizar un sufrido portón que comparte su óxido con mi mano. El tema no está resuelto por el hecho que yo encuentre otro agujero para entrar y salir de la casa, la puerta es más que una abertura , es el Jano de los romanos, es la mano del destino que convirtió a Reykjavik en la capital de Islandia, es la antesala de los misterios, un simbolismo por el cual me urge el arreglo porque, bien puede en mi caso, significar la puerta del éxito...

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By the Way,
Ella se queja pero adora los nabitos de Teltow...