Désolé
Domingo a la mañana, sólo dos almas caminan por Deriva, las luces duermen esperando en silencio a la noche, el ruido de las tacitas de café que los mozos acomodan producen una suerte de mantra matinal. Me llevaría esas puertas de studs bien rústicas para combinar con telas de lino color camel. En frente, un local que vende cactus de todos los tamaños, excelentes para la energía negativa, pero imposibles combinar con nada. Tarjetitas de una artista plástica everywhere. Espejos viejos, como si todo lo antiguo fuera fino.....nos vamos a Orient, a dos cuadras, en auto. La humedad persiste incansable. Hay una guerra declarada a los mosquitos y una inmensa simpatía por las hormigas.