Invictus

La tarde está pesada, todavía no llueve. Todo absolutamente todo está quieto. La imagen se asemeja a un capítulo de Crónicas Marcianas donde el protagonista recorre las calles desiertas y entra a las casas en las que -salvo por las construcciones-no hay rastros de vida humana. Un manto de plomo cubre el cielo que amenaza mal tiempo en las próximas horas. No se escucha ningún ruido exterior, bien sea que no hay nadie quien pueda producirlo o bien que no llegan hasta el lugar en el que me encuentro. Las tres líneas paralelas -ligeramente inclinadas hacia el oeste- son perfectas, la distancia que me separa de ellas es tan cercana que el exámen de aquello que veo encierra cierto rigor científico. Me inclino sin apartar la vista, vuelvo en un giro de 180º, de 90º, de 30º con la mirada fija en el centro de mi atracción, observo. - Jamás! había pensado, como si un macabro designio se cumpliera año tras años pese a toda expectativa en contrario. Hasta hoy. Desde un costado de mi boca se vislumbra una pequeña mueca en claro signo de victoria. Sí, después de tres décadas llevo puesta mis primeras Adidas. Y el jamás, no existe.
Photo de Cookie Monster dedicada a Mónica de Slow Songs
By the Way,
Y ahora está pensando en comprarse unas Nike...