Tea of Freedom

Photo By Bubustudio

Y ahí estoy, sentada en la última silla del Salón Rojo dispuesta a escuchar de corrido toda la jornada. No hay break pero pasan caramelos de vez en cuando lo cual permite cierta distracción mientras se elije el sabor que se va a llevar a la boca. En la segunda vuelta, me encuentro reflexionando hasta que punto uno se puede permitir la inocencia cuando se habla de derecho. Falta de experiencia, de lecturas, de teoría crítica, nosé bien qué, pero había una falta de "algo" se "oía" una falta de algo en la interlocutora que se visualizaba en su propia distopía a medida que enarbolaba una bandera monocromática de una sociedad en la que nadie, ni siquiera ella hubiese podido elegir el color rosa que llevaba puesto.
Uno de los que participaba disidiendo con una elegancia en 3D sentenció:
-Que aburrido sería si todos pensaramos iguales!
-Asiento. Después de cinco horas de presencia me decido a patir. Saludo a Pato que expuso a primera hora y continuaba con el mismo entusiasmo de la mañana. Aprovecho el viaje como excusa para ir directo al Starbucks de Belgrano a sentarme especificamente en el sillón borravino pegado a la ventana de Federico Lacroze. Sí, sería aburridisimo si todos coincidieramos en cada acción, en cada concepto, deseo o utopía. Me guardo las críticas para otra ocasión. Al fin y al cabo hoy no tengo un día consecuente ni siquiera en mis actos y entro, a una de las mejores cafeterías, para pedir en pleno invierno un ice tea de manzana.

By the Way,

Y se fue pensando que hizo algo bueno...